Mitos sobre las escuelas Waldorf

Las escuelas Waldorf son una secta

Definición de la RAE: “doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera ortodoxo. Comunidad cerrada, que promueve fines de carácter espiritual, en la que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos”.

Si revisamos estas definiciones, las escuelas Waldorf lo único que promueven es una forma de educación diferente, centrada en una visión holística del ser humano. De ser puramente religiosas y sectarias, no podrían ser posibles escuelas como estas en países como La India, Israel, Rusia, Australia, China, Japón, entre otros. Países donde hay una diversidad cultural y religiosa. En ese sentido, las familias de escuelas Waldorf pueden ser agnósticas, ateas, cristianas, musulmanes, taoístas, entre otras.

“No aprenden nada, solo juegan”

Los niños de las escuelas Waldorf aprenden y tienen los mismos avances o más que los colegios tradicionales, la diferencia está en cómo se llega al conocimiento y el disfrute de por medio. Mientras en las escuelas tradicionales se llega al conocimiento a través del lápiz y papel, en las escuelas Waldorf la mayoría de aprendizajes son vivenciales. “Sin emoción, no hay aprendizaje”. Por ejemplo, en nuestra escuela  a través de la preparación del pan, nuestros niños hacen matemáticas (cantidades, peso, proporción), psicomotricidad fina (amasado), coordinación óculo-motora.

“Cuando salen de la burbuja, cómo se van a enfrentar a la educación tradicional”

Hay temor con respecto a cómo se van a enfrentar a un colegio tradicional si en algún momento no puede continuar en una escuela Waldorf. La respuesta es que los niños se adaptan con mayor o menor facilidad dependiendo de sus características personales. Sería lo mismo hacer un cambio de un colegio tradicional a otro, los niños van a requerir un tiempo de adaptación. Lo cierto es que los recursos que tendrán a la hora de enfrentarse, en el caso de los niños de escuelas Waldorf es que suelen tener más herramientas emocionales. Cabe resaltar el temor que hay cuando pasan de infantil (escuela Waldorf) a primaria (escuela tradicional) en relación a la lectoescritura. Los niños de escuelas Waldorf viven esa etapa con entusiasmo y motivación, con ganas de aprender.  El haber podido disfrutar en un ambiente sin presión sus primeros 6/7 años, es un gran regalo. Lo ideal es poder continuar con una enseñanza viva pero de no ser el caso, tener por seguro que lo intelectual poco a poco se irá asentando, lo importante es poder desarrollar  las destrezas necesarias para la adquisición. A diferencia algunos niños de escuelas tradicionales que llegan agotados y cansados a primaria, los niños/as cuando llegan a una edad adecuada (la más optima) para adquirir la lectoescritura, el entusiasmo por aprender es incalculable.

Redacción: Claustro de maestros Escuela Waldorf Munay.

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