¿Por qué elegir la Escuela Waldorf Munay?

Querida familia,

Cuando pensamos en nuestros hijos e hijas, nuestros tesoros más valiosos, siempre queremos lo mejor para ellos y ellas, y en la medida de lo posible intentamos ofrecerles lo mejor de nosotros como padres y/o madres. Definitivamente no existen padres o madres perfectos, somos seres humanos y llevamos en nuestro ser, el cometer errores, a veces más y a veces menos, pero también, la maravillosa capacidad de aprender y reaprender. Nuestros hijos e hijas son nuestros grandes maestros, nos hacen buscar mil y un formas, en mil y un lugares, cuando no sabemos qué hacer.

En este nuestro camino como padres y madres, se nos presenta una etapa muy importante, que es la “Educación” de nuestros hijos. Es tan importante, que nos surgen muchas dudas, preguntas e inquietudes. En algunas ocasiones incluso desde que nacen, ya buscamos recursos, libros que nos den una luz y que nos digan que lo que hacemos está bien, o qué es lo que podríamos mejorar, cambiar, o qué podemos hacer ante una situación que no sabemos gestionar. Muchas veces el camino se nos hace cuesta arriba, a veces por el dormir, otras por el comer, a veces por las rabietas y así diversas situaciones y circunstancias. Ante todo esto surge la pregunta:

¿Qué queremos para el futuro de nuestros hijos e hijas? ¿A qué escuela lo llevaré? ¿Cómo quiero que sea esa escuela? …

Nuestros hijos e hijas están en una edad, que son los cimientos para su futuro. Una base sólida permitirá que en un futuro pueda construir cualquier tipo y forma de estructura. Los pilares de un edificio es sobre lo que se asienta toda la construcción. Por ello, lo que se viva en la infancia, son los pilares para la vida, hay que cuidarlos.

¿Qué podemos hacer para cuidar esos pilares?

Una educación respetuosa… que respete sus ritmos, que respete sus etapas evolutivas, que respete sus necesidades, que respete su individualidad, que respete su ser. Nuestros hijos e hijas necesitan un ambiente seguro, amoroso y estructurado que les permita desarrollarse. Entonces, viene la pregunta…

¿Por qué elegir Escuela Waldorf Munay?

Existen dos tareas significativas como padres, madres y maestros a tener en cuenta. Por un lado, está el gesto de protección, la envoltura en los primeros 7 años de vida. Por otro lado, el guiar al niño (paso a paso), permitiéndole aprender sobre la vida para toda su vida, a través de la imitación y no de la enseñanza intelectiva (Howard, Kügelgen, & Jaffe, 2010).

Para poder cumplir con esas dos tareas son necesarias varias cosas….

Es necesario el periodo de vinculación con la maestra. El ser humano es un ser adaptativo por definición, se terminará adaptando a cualquier situación y circunstancia. Sin embargo, a diferencia de los adultos, en nuestros hijos e hijas, puede llegar a ser traumático los primeros días si no se realiza un proceso de vinculación para la adaptación. Por ello, si pensamos en un respeto hacia nuestros hijos e hijas, esto es fundamental.

Es necesario el cuidado del material. Se ha puesto muy de moda, los elementos naturales y no estructurados, lo cual agradecemos porque permitirá que más niños y niñas puedan tener una vivencia de calidad en los materiales para jugar. Y con calidad, no nos referimos a precio, si no al material en sí. Podemos recoger piñas del parque, ponerlas en una cesta y ser elemento de juego.

Es necesaria la experiencia artística y creativa. “El arte de la educación es el arte de vivir” (Howard, Kügelgen, & Jaffe, 2010). El arte y la música en la escuela nos acompañan día a día. El disfrute de la música en vivo diariamente, nos llena el alma a grandes y pequeños.

“La música permite un equilibrio dinámico entre las capacidades del hemisferio izquierdo y derecho. Da lugar a un aprendizaje mucho más equilibrado y adaptado tanto al medio, como a las propias capacidades individuales. (…) consideramos a la música como uno de los elementos con mayor capacidad para la integración neurofuncional y neuropsicológica”. (Lacárcel, 2003, p.217)

“Escuchar y “hacer” música desarrolla la sensibilidad, la creatividad y la capacidad de abstracción o análisis. No sólo cumple una función estrictamente educativa cuando hablamos de aprendizajes musicales, sino que también cumple otros fines. Nos propicia a descubrir nuestro propio mundo interior, la comunicación con “el otro” o “los otros” y la captación y apreciación del mundo que nos rodea” (Lacárcel, 2003, p.222).

Es así, que la música cumple un papel fundamental en nuestro día a día.

Para poder cumplir con las dos tareas mencionadas, también es necesario el ritmo. El ritmo diario, semanal y anual, le otorga al niño seguridad, confianza.  Una educación equilibrada que ayuda a fortalecer capacidades, respetando cada una de sus etapas evolutivas, potencialidades y  la voluntad.

Es necesario, además, la importancia de potenciar el juego libre. En las escuelas Waldorf, en maternal y jardín, los niños y niñas pasan la mayor parte del tiempo jugando en exterior e interior.

¿Por qué es importante que nuestros hijos e hijas jueguen?

El principal trabajo por decirlo de alguna manera, es que nuestros hijos e hijas jueguen y que tengan libertad en hacerlo.

“El juego creativo es una actividad central en la vida de los niños sanos” (Howard, Kügelgen, & Jaffe, 2010).

A través del juego, ellos pueden experimentar, crear, ellos pueden asentar el conocimiento. Es una salida a toda su creatividad.

“El juego es un burbujeante manantial de salud y creatividad dentro de cada niño, de cada ser humano” (Howard, Kügelgen, & Jaffe, 2010).

Entonces, no nos olvidemos de que el juego es salud. La sabiduría popular ya nos dice que cuando un niño está enfermo, sabemos que está enfermo porque no juega y cuando vemos que juega normal, interpretamos que ya está sano.

Y así, todo está pensado para que se sientan como en un segundo hogar; la comida, el cuidado, los espacios,…todo todo está hecho con mucho mimo y amor.

Por otro lado, también surgen dudas con respecto a la tecnología. Nosotros no usamos con los niños y niñas tablets, ordenadores, proyectores, pizarras digitales, etc. como recursos. Entonces, surge la pregunta…

¿Por qué no se usa la tecnología con los niños en las aulas?

Surge esta pregunta a menudo, por saber si al no utilizar la tecnología a edades tempranas, esto pueda entorpecer en un futuro su desarrollo, siendo la realidad todo lo contrario.

“Una aptitud futura de competencia mediática tiene sus raíces en una abstinencia de los mismos en edades tempranas” (Kullak-Ublick, Glaw, Hübner & Schönstedt, 2018).

Se preguntaran por qué evitar el uso en edades tempranas. Pues, nuestros hijos e hijas necesitan desarrollar habilidades físicas, emocionales y de voluntad para un uso saludable de la tecnología. Sin esas habilidades, se cae en un mal uso, lo que puede llevar a graves consecuencias.

¿No es una sobreprotección?

Vamos a comparar proteger vs. capacitar.

La pedagogía Waldorf tiene como propósito educar/capacitar en las habilidades que necesitamos para poder estar a la altura de los desafíos de la vida y, por ende, ante la demanda del mundo tecnológico. En ese sentido, no es restringir nuestra vida de la tecnología, es buscar el momento adecuado, y en definitiva en infantil no es el momento (Kullak-Ublick, Glaw, Hübner & Schönstedt, 2018).

Así, una educación respetuosa, es la que permite que nuestros niños y niñas adquieran conocimientos de forma vivencial, que se respeten sus ritmos, sus tiempos, sus necesidades. Cuando hablamos de aprender/aprendizaje, para que se pueda dar este es fundamental la emoción. Sin emoción no hay aprendizaje. Es la emoción la que mantiene y enciende la curiosidad y atención (Mora, 2018). Es por ello, que una educación vivencial, en la que ellos “viven” el día a día” les permite aprender más cosas que si meramente les contamos. En ese sentido, existe una gran diferencia, por poner un ejemplo, si nosotros vemos o les leemos como maestros o padres a nuestros hijos e hijas sobre cómo se hace el pan, en lugar de hacer realmente el pan con ellos. El hacer impregna todo el ser de nuestros niños y niñas, que les permite vivirlo, así este hacer se convertirá en un aprendizaje y se asentará como tal en su memoria. Así también, el aprender a leer y a escribir, tiene su momento y su tiempo. Hacerlo a edades tempranas tiene como consecuencia la debilitación física, dado que, este aprendizaje requiere fuerzas que el niño necesita para su desarrollo orgánico aún (Carlgren, 2018). Como hemos mencionado, es importante que dejemos que nuestros hijos e hijas, jueguen por más tiempo, que se desarrollen a nivel motor, que adquieran destreza y dominio de su cuerpo entero. Todo esto, solo llega con la práctica y el hacer.

Esperemos que este documento, os pueda servir como una pincelada entorno a un tema tan grande como es la educación.

Escuela Waldorf Munay, educando para la vida”

Referencias

Calgren, F. (2018). Pedagogía Waldorf. Una educación hacia la libertad. Editorial Rudolf Steiner.

Howard, S., Kügelgen, H. & Jaffe, f. (2010). El juego. El desarrollo del niño y la Educación Preescolar Waldorf. Editorial Rudolf Steiner.

Lacárcel, J. (2003). Psicología de la música y emoción musical. Educatio, 20 (21), 213-226.

Mora, F. (2018). Neuroeducación. Sólo se puede aprender aquello que se ama. Alianza Editorial.

Kullak-Ublick, H., Glaw, F., Hübner, E. & Schönstedt, C. (2018). Competencia mediática. ¿Qué lugar debería ocupar la tecnología en nuestros hijos y alumnos? Un breve análisis desde la pedagogía Waldorf. ING ediciones.

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